La vez que Pelé fue expulsado por el ‘Chato’ Velásquez en el Campín de Bogotá
Lo sacó del terreno, pero la presión del público hizo que ‘O Rei’ retornara a la cancha a terminar el juego.
Ya Edson Arantes Do Nacimiento era el Rey Pelé, ya el mundo le hacía reverencia como el mejor futbolista sobre la tierra; y precedido de esa aureola de celebridad llegó a Bogotá el 17 de julio de 1968.
Para esa noche estaba programado un partido amistoso en el estadio El Campín entre Santos y la Selección Colombia, que se alistaba para participar en los Juegos Olímpicos de México, programados para octubre de ese mismo año.
El nombre de Pelé vendió toda la boletería, el estadio estaba a reventar para ver en acción el fulgor de la estrella brasilera.
El partido empezó con alta tensión y con un gol de Santos a cinco minutos de iniciado el juego.
Colombia logró empatar en una acción discutida, que los brasileros reclamaron como de fuera de lugar.
El juez central era el controvertido Guillermo ‘Chato’ Velásquez, quien validó el gol, lo que sacó de casillas a Pelé y su corte.
Con un ambiente tenso el juego se reinició y al minuto 42 cuando se avecinaba el descanso, se produjo el hecho que muchos consideran único en el fútbol mundial.
Tuvo varios episodios. El primero fue una jugada en la que Pelé enganchó dentro del área y fue derribado. Todos pedían pena máxima.
Sin embargo, el juez hizo caso omiso y por el contrario, le dijo que se levantara que no había falta y estaba fingiendo.
Pelé se levantó energúmeno y le reclamó airadamente al juez, y en portugués “le mentó la madre”: ‘Filho da puta’, le espetó en la cara.
El Chato entendió muy bien el insulto y lo expulsó de inmediato, provocando la reacción airada de la gente que había pagado la boleta para ver al Rey.
Los de Santos rodearon a Velásquez reclamándole haber expulsado a la estrella.
No obstante, Pelé agachó la cabeza y se fue al camerino tranquilo, mientras el campo de juego se convertía en un cuadrilátero.
En medio de uno de esos lances el Chato recibió un puñetazo en la cara de un futbolista brasilero de nombre Oberdam, y terminó con el ojo amoratado.
Para la reanudación del encuentro los hinchas empezaron a presionar, y los directivos decidieron cambiar al Chato Velasquez como juez central, y habilitaron para dirimir las acciones a Omar Delgado, quien tomó la decisión única conocida en el mundo, reintegrar al terreno de juego a un futbolista después de haber sido debidamente expulsado.
Entonces el Rey retornó al juego y dejó a todos tranquilos, público, directivos, empresarios y jugadores, por lo menos a los del Santos.
Vale recordar que Omar Delgado venía oficiando en el partido como juez de línea o lateral.
Su lugar entonces fue suplido por el chileno Mario Lorenzo Canessa García, árbitro del rentado colombiano que presenciaba el partido en calidad de hincha.
Canessa bajó de la tribuna, se vistió de corto y recibió el banderín para oficiar de lateral.
Pero la cosa no paró ahí, el Chato Velásquez no se quería quedar con la agresión física y además el irrespeto de haberlo sacarlo del partido.
Entonces se dirigió a una comisaría de Bogotá y denunció a Pelé y a sus compañeros santistas.
Según reseñó la prensa de la época al final hubo conciliacióm, el Chato Velásquez levantó cargos contra los jugadores brasileños. Y Pelé le dijo: “Lamentable todo esto…” y el árbitro le respondió: “Contra ti no tengo nada Pelé, porque acataste la orden de expulsión, pero no puedo dejar mi dignidad de árbitro y de ciudadano por el suelo, ante la agresión que me hicieron algunos de tus compañeros”.